Llega el día de Todos los Santos precedido por esa noche del 31 sobre la que tanto se ha escrito, la Noche de Difuntos...
Desde el principio de los tiempos el ser humano ha convivido con el misterio; los magos, los chamanes, los brujos, están presentes por doquier en todas y cada una de las civilizaciones que han ido apareciendo ( y desapareciendo) a lo largo de los siglos. Los relatos de espectros y de sucesos inexplicables son incontables y tan antiguos como la historia misma, aunque no todos son creíbles sí existen muchos bien documentados los cuales, tras ser exaustivamente estudiados, han sido aceptados como historias veraces, sin plausible explicación utilizando la lógica científica.
Ciertamente los incrédulos dudan de todas y cada una de las serias investigaciones que diariamente se realizan, pero eso no los podrá apartar ni esconder de esas fuerzas misteriosas que conviven con nosotros. No cabe la menor duda de que hay algo más allá de lo que el ojo puede ver o el cerebro, en ocasiones, aceptar; si partimos de uno de los principios científicos más conocidos : "La energía ni se crea ni se destruye, se transforma" y nosotros somos materia y energía, evidentemente, hay una parte de nosotros que no desaparece al cesar toda actividad biológica, esto es irrefutable.
La víspera de todos los santos los muertos están más presentes que nunca, no solo por todos aquellos que recuerdan a los que ya no están entre nosotros (al menos no de una manera física)si no porque es, precisamente, esta noche, cuando el mundo tangible y el intangible se funden durante apenas unas horas; se dice que los conjuros son más fuertes y efectivos, las tinieblas nos rodean y son, precisamente, los incrédulos los que menos protegidos se encuentran. Sí, porque son los que se dedican a jugar con temas desconocidos para ellos, así algunos se reunirán alrededor de una ouija, algunos incluso puede que entren en los cementerios a espiar cualquier tipo de actividad ectoplasmática, hay quien tratará de realizar conjuros para atraer fortuna o amor; puede que al día siguiente amanezcan todos ellos sin novedad alguna, decepcionados por nulos resultados, otros riéndose una vez más de lo que ellos consideran patrañas... o puede que alguien amanezca prometiéndose no volver a jugar con lo desconocido, puede, incluso, que alguno no amanezca tras la noche de difuntos pues los espectros no toleran mofas y, en ocasiones, se cobran el precio de ser los bufones de los vivos.
No es mi intención asustar pero sí deseo avisar de que con ciertas cosas no se juega; cualquier elemento que sirva como reclamo para las ánimas en pena debe tenerse a buen recaudo lejos de manos ineptas, porque la ouija, por ejemplo, es eso, una puerta que se entreabre para llamar a todo aquél ente que esté escuchando, puede que no suceda nada pero... si alguien, o algo, acepta la invitación, ¿estaís seguros que sabríais devolverlo al lugar al que pertenece?
Los Santos, por ejemplo, son espíritus benignos que velan por el bienestar de los que todavía respiramos pero, así como cada día tiene su noche, también en el mundo del más allá existen otros espíritus no tan benévolos dispuestos a disfrutar de la incredulidad de algunas personas y cuando esto ocurre la realidad supera con creces la ficción. Este es el caso de Robbie Mannheim y su conocida posesión en 1949, la cual sirvió de guía a William Peter Blatty para escribir "El Exorcista" (libro que se convertiría en una de las películas más terroríficas de la historia), o el caso de Carla Moran, la mujer que sufría ataques violentos por parte de un ente invisible, siendo tambien tema de un libro e inspiración para una película ("El Ente"). Estos son solo un ínfimo ejemplo de los muchos que existen.En nuestra sociedad, sin embargo, se acostumbra a tachar de trastornos psicológicos a cualquier alteración de estado mental, buscamos soluciones coherentes a cosas que quedan más allá de nuestro entendimiento pero aún así, a medida que pasan las generaciones y la medicina evoluciona, siguen apareciendo casos inexplicables que, por ser tales, quedan arrinconados y silenciados. Ningún psiquiatra, hasta el día de hoy, puede dar una explicación satisfactoria cuando se cuestiona el por qué una persona de modesto nivel cultural es capaz de hablar lenguas arcaicas desaparecidas hace siglos, o por qué la carne de ciertos individuos puede lacerarse espontáneamente sin motivo alguno, por qué alguien de repente puede tener la aptitud de hablar con voces diversas, poseer una fuerza sobrehumana, etc. Ciertamente, a pesar de los avances científicos, el cerebro continúa siendo un misterio pero creo que es un garrafal error negar la existencia de algo más allá de los confines terrenales, hay pruebas suficientes para afirma que lo que vemos NO es todo lo que hay.De igual modo existen manifestaciones que, lejos de asemejarse a las que los entes "Bardenianos" nos tienen acostumbrados, se alejan de explicaciones plausibles con la teoría o medios científicos.
Los Santos, por ejemplo, son espíritus benignos que velan por el bienestar de los que todavía respiramos pero, así como cada día tiene su noche, también en el mundo del más allá existen otros espíritus no tan benévolos dispuestos a disfrutar de la incredulidad de algunas personas y cuando esto ocurre la realidad supera con creces la ficción. Este es el caso de Robbie Mannheim y su conocida posesión en 1949, la cual sirvió de guía a William Peter Blatty para escribir "El Exorcista" (libro que se convertiría en una de las películas más terroríficas de la historia), o el caso de Carla Moran, la mujer que sufría ataques violentos por parte de un ente invisible, siendo tambien tema de un libro e inspiración para una película ("El Ente"). Estos son solo un ínfimo ejemplo de los muchos que existen.En nuestra sociedad, sin embargo, se acostumbra a tachar de trastornos psicológicos a cualquier alteración de estado mental, buscamos soluciones coherentes a cosas que quedan más allá de nuestro entendimiento pero aún así, a medida que pasan las generaciones y la medicina evoluciona, siguen apareciendo casos inexplicables que, por ser tales, quedan arrinconados y silenciados. Ningún psiquiatra, hasta el día de hoy, puede dar una explicación satisfactoria cuando se cuestiona el por qué una persona de modesto nivel cultural es capaz de hablar lenguas arcaicas desaparecidas hace siglos, o por qué la carne de ciertos individuos puede lacerarse espontáneamente sin motivo alguno, por qué alguien de repente puede tener la aptitud de hablar con voces diversas, poseer una fuerza sobrehumana, etc. Ciertamente, a pesar de los avances científicos, el cerebro continúa siendo un misterio pero creo que es un garrafal error negar la existencia de algo más allá de los confines terrenales, hay pruebas suficientes para afirma que lo que vemos NO es todo lo que hay.De igual modo existen manifestaciones que, lejos de asemejarse a las que los entes "Bardenianos" nos tienen acostumbrados, se alejan de explicaciones plausibles con la teoría o medios científicos.
Caminad, pues, atentos en el camino de la curiosidad, sed sigilosos y cautos cuando paseís las fronteras de la lógica y lo conocido y, sobre todo, no os tomeís a la ligera la existencia de un más allá porque un día podrías despertar separado de tu mortal cuerpo y constatar que ahora el fantasma eres tú....