Hace apenas una semana nos llegaba de Estados Unidos una inquietante noticia... En el estado de Arkansas se encontraban unos 5000 mirlos muertos, así como 2000 peces muertos a lo largo de 30 Km. del río de Arkansas. Días después otros 500 cadáveres de pájaros se encontraban en el estado de Luisiana y algunos, también, en Kentucky.

Las primeras necropsias realizadas a los cadáveres recogidos en Arkansas apuntan que las aves murieron por coágulos debidos a lesiones internas, aunque los análisis toxicológicos tardarán todavía algunos días.
Por si esto no fuera suficientemente inquietante, esta misteriosa matanza ha llegado a Europa. El pasado día 5 señalaban la aparición de una cincuentena de cuervos muertos en Suecia y hace poco leía la noticia en el "Corriere della sera" que los cadáveres de unas 400 tórtolas cubrían la estatal de Faenza, en Italia.
A estas misteriosas muertes se unen otras tampoco claras de peces, cangrejos y otro tipo de animales como murciélagos o manatís a lo largo y ancho del planeta. La curiosa coincidencia de la muerte inexplicable de tan variada fauna y durante un período de una semana ha hecho que, incluso,
Google maps abriera un mapa marcando los lugares donde se han registrado informes sobre las inexplicables muertes masificadas de animales.
Hasta el momento no existe explicación alguna, tan solo conjeturas que abarcan desde desorientación por fuegos artificiales, cambios ambientales, bajas temperaturas, experimentos militares y hasta teorías apocalípticas relacionadas con el 2012.
No me cabe la menor duda que todos los planetas tienen un ciclo natural que les obliga a sufrir una serie de cambios. Nuestro planeta no es diferente en este sentido y, por tanto, con o sin la intervención humana, sigue con sus ciclos, los cuales bien podrían ser los causantes de dichas muertes, incluso de los extraños fenómenos atmosférics y de los continuos terremotos. Sin embargo resulta inquietante pensar en la posibilidad de la intervención humana combinada con algún que otro experimento militar. Fenómenos aparentemente naturales bien pudieran no serlo tanto cuando nos adentramos en el variopinto y no tan paranoico mundo de la "teoría de la conspiración". Ciertamente algunas teorías son algo absurdas aunque otras, si desmembradas y analizadas, suenan preocupantemente verosímiles.
Una de ellas es el proyecto HAARP, cuyo objetivo teórico es el de estudiar las propiedades de la ionosfera y potenciar los avances tecnológicos que permitan mejorar su capacidad para favorecer las telecomunicaciones y los sistemas de vigilancia. Visto que es un programa financiado básicamente por la Fuera Aérea y la Marina de los Estados Unidos y la DARPA (una agencia del Departamento de Defensa americano) cabe pensar que las posibilidades de que se lleve a cabo otro tipo de experimentos y/o estudios son infinitas.

Varios estudios avalan la posibilidad de que las antenas de dicho proyecto no solo puedan emitir frecuencias con efectos sobre el clima, si no que también puedan producir terremotos e, incluso, pueda afectar a los cerebros humanos. De echo el propio Bernard Eastlund, creador del calentador ionosférico del proyecto HAARP, asegura que su invento podría cambiar el clima. Incluso la Dra. Rosalie Bertell, una reputada cintífica en el campo de la salud medioambiental, experta en radiación y detractora del proyecto, asegura que el mismo podría formar parte de un complejo sistema de armamento cuyas consecuencias ecológicas son potencialmente devastadoras. Existen varios libros relacionados con el tema entre los que cabe destacar "Planeta Tierra. La última arma de guerra" de la misma Dra. Bertell, "Angels don't play this harp" ("Los ángeles no tocan este harpa") del Dr. Nick Begich y Jeanne Manning.
Por otro lado, tras los terremotos de Hatí y Chile, han salido a la luz algunos vídeos que podrían confirmar que las sacudidas no se producieron de forma horizontal, como sería lógico en un terremoto, si no de forma vertical, cosa totalmente incompatible con los movimientos naturales de las capas tectónicas.
Volviendo al tema que nos ocupaba al principio, las inexplicables muertes de diferentes animales, teniendo en cuenta el misterio en torno a las instalaciones del proyecto HAARP y los últimos datos recogidos tras las necropsias en donde se observaba destrucción de tejidos internos... ¿no podríamos llegar a la conclusión de que ciertas ondas pudieran ser utilizadas como arma? Es bien sabido que los ultrasonidos son utilizados para el tratamiento de ciertas patologías como terapia no invasiva, pues se consigue que las ondas sonoras pasen a través de la piel y en los músculos lesionados así como a otros tejidos blandos, Así, no es descabellado pensar que una determinada frecuencia pueda destruir órganos internos sin dejar huella de arma alguna.
Como decía Sherlock Holmes : " Cuando se ha excluido lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca ha de constituir la verdad".
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